16 de octubre de 2008

LAS BULERIAS

(De burlería, burla, o de bullería, bulla, griterío, jaleo). Es un palo bullicioso, festero y alegre. Se distingue por su ritmo rápido y redoblado compás que se presta más que otros cantes al jaleo y las palmas.
Con frecuencia interviene como remate de otros cantes, principalmente de la soleá, aunque también suele ser el baile con el que se remata toda juerga flamenca. En este caso, se reúne todo el cuadro en el centro del escenario en un semicírculo y, de uno en uno, los intérpretes van saliendo a bailar una parte de la pieza. Normalmente, se comienza con una llamada y se termina con la salida con la que el bailaor regresa al puesto que ocupaba en el círculo.





Aparecieron a mediados del siglo XIX en Jerez, aunque también tienen su núcleo en Utrera y Cádiz. La copla tiene tres o cuatro versos octosílabos y sus letras son intrascendentes, aunque dotadas de fuerza en la interpretación. Dentro de su heterogeneidad pueden destacarse las bulerías al golpe y las bulerías ligadas. A las primeras se les llama también bulerías por soleá y son de ritmo más lento. Las segundas son trepidantes.





Su compás es muy variado, con estilos geográficos muy diferenciados. La rítmica de este género puede ir desde compases de amalgama como:




1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12;






1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12; hasta estilos ternarios.
Una letra es;



Bulerías, bulerías de Cádiz,
vivo en el mundo y eso es lo que hay;
vivo en el mundo y eso es lo que hay.
Mi, mi abuelita tenía un pollito,
lo criaba, lo criaba debajo la cama;
cada vez que mi abuela decía:
el pollo piaba...
Si quieres saber mi nombre,
el mío y el de mi hermana;
yo me llamo, yo me llamo
ella se llama, se llama.
Me llamo, me llamo;
se llama, se llama.
A las viejas, a las viejas no les pican las pulgas,
porque tienen las carnes muy duras.
se les meten por los costillares,
ay, que no son pulgas que son alacranes.
Tarratrán, tarratrán, ay...
que vivan las manos que hacen el pan.
Una vez que yo fui a Roma,
no me dejaron entrar.
Una vez que yo fui a Roma,
no me dejaron entrar;
porque había unos trompeteros;
porque había unos trompeteros,
que me hacían pau, pau...
Bulerías de Cádiz...
vivo en el mundo y eso es lo que hay...

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